Aunque el sector de la tecnología tiene cada vez mayor demanda laboral, la brecha de género que existe en esta industria impide una mayor participación de mujeres en trabajos de ciencia y tecnología. Hay países en los que esta desigualdad es menor que en otros porque esto depende de varios factores sociales. Al menos en México, algunas de las razones por las que las mujeres no estudian carreras TI son:
• las limitaciones educativas;
• los estereotipos de género;
• la inequidad en el reparto de las tareas domésticas;
• la discriminación laboral;
• y la falta de representatividad en puestos directivos en empresas de innovación tecnológica.
Sin embargo, para proponer soluciones innovadoras a problemas científicos y sociales necesita haber diversidad entre los investigadores. Se ha demostrado que los equipos de trabajo diversos se desempeñan mejor y logran acuerdos enriquecedores. En este sentido, las mujeres brindan una perspectiva única en el avance de la tecnología. Indaguemos un poco más en el papel de las mujeres en la tecnología y por qué es importante que más mujeres se interesen en estas áreas.
Imaginemos a alguien que trabaja con ordenadores o programación… ¿qué aspecto tiene esta persona? Lo más probable es que hayas imaginado a un hombre, lo cual no es de extrañarse, porque en el mundo actual las mujeres representan menos de una cuarta parte de la mano de obra tecnológica mundial y solo el 5% de los puestos directivos.
La histórica masculinización de las carreras TI ha llevado a que los estereotipos de género influyan en las decisiones profesionales de las mujeres y, como consecuencia, no decidan estudiar carreras de este rubro. Además, en México existe también una falta de esfuerzo por parte de las empresas y entidades gubernamentales para incluir a más personas del sexo femenino en actividades y trabajos tecnológicos.
Un buen punto de partida para equilibrar la balanza es atender las diferentes necesidades de las personas en el campo profesional de acuerdo a su género. Por ejemplo, a pesar de que tener crecimiento profesional es importante tanto para los hombres como para las mujeres al momento decidir una carrera, estudios en México han revelado que para las mujeres es mucho más importante:
• tener un mejor balance de su vida laboral y familiar;
• poder trabajar a distancia;
• y ganar más dinero,
Atendiendo estas necesidades es que podemos motivar a más mujeres a ingresar en TI. Especialmente las empresas y la comunidad tecnológica tienen el reto de impulsar la participación femenina en actividades de TI a través de la enseñanza de habilidades prácticas para estos trabajos y del ejemplo de otras mujeres que han logrado sobresalir en esta industria.
Con el predominio de los hombres en la industria tecnológica, no es de extrañar que la contribución de las mujeres al sector haya sido olvidada por la corriente dominante. Pero, contrariamente a lo que puede pensarse, muchas de las pioneras de la programación informática fueron mujeres.
La primera programadora informática de la historia técnicamente fue una mujer británica del siglo XIX llamada Ada Lovelace, hija del famoso poeta Lord Byron y Anabella Milbanke. Siendo adolescente demostró interés por una máquina complicada creada por Charles Babbage—a quien se le atribuye la creación del primer ordenador—, y en 1842 ya había escrito un extenso artículo explicando el funcionamiento de la máquina. Este artículo contiene varios de los primeros “programas informáticos”.
Aunque mujeres como Ada fueron poco comunes antes del siglo XX, con el impacto de la revolución industrial y la Primera Guerra Mundial muchas mujeres que en toda su vida sólo habían trabajado en el ámbito doméstico tuvieron que salir al campo, y algunas de ellas tuvieron mucha interacción con la tecnología.
Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, se animó masivamente a las mujeres a aceptar numerosos trabajos de seguridad. En 1945 se acuñó el término “programadora informática” y el proyecto ENIAC del ejército estadounidense designó un equipo exclusivamente femenino para crear una máquina que produjera tablas balísticas; se les conocía como “las chicas ENIAC” y su trabajo revolucionó la programación informática.
Mientras esto ocurría, en el otro lado del mundo la operación Bletchley Park, que descifró el famoso código enigma, no habría tenido éxito de no ser por el equipo de casi 10,000 personas, el 75% de ellas mujeres. (Sin embargo, muchas de estas mujeres nunca fueron reconocidas por su trabajo de análisis y se vieron obligadas a calificar su trabajo de “secretaría”.)
Aunque el panorama definitivamente es mejor que hace 60 años, aún es fecha de que muchas mujeres y niñas no se plantean estudiar programación o cualquier otra carrera tecnológica. A pesar de todo el trabajo pionero, las mujeres aún representan una pequeña parte (aproximadamente el 24%) de la industria a nivel mundial.
No obstante, si algo nos ha enseñado la historia es que las mujeres han sabido reclamar su participación y reconocimiento dentro de la fuerza laboral, y que no hay razón alguna para que esto sea diferente en el sector de la tecnología. De hecho, ya hay mujeres realizando trabajos de innovación asombrosos, como es el caso de Girls Who Code, una organización internacional sin fines de lucro que busca cerrar la brecha de género en la tecnología a través de apoyar y aumentar el número de mujeres que se dedican a la programación.
Gracias a que la tecnología abre un abanico muy grande de posibilidades para nuestro desarrollo social y personal, invertir en ella es una de las mejores decisiones que cualquier persona puede tomar hoy en día—especialmente para las mujeres que necesitan más tiempo libre para dedicar a su familia y asuntos personales, o mujeres que necesitan ganar más dinero pero no se animan a cambiar de profesión por miedo a no contar con la preparación necesaria.
TripleTen cree en el valor de la educación para lograr una mejor calidad de vida. Por ello, ofrece programas enfocados en tecnología que permiten a las mujeres —y a cualquiera que busque entrar en esta área— adquirir las habilidades necesarias para obtener una segunda oportunidad en la vida, sin importar su edad o formación previa.
Ahora que si esto no es suficiente, aquí hay una lista de cinco razones por las que los bootcamps de TripleTen podrían ser la mejor opción para las mujeres que buscan entrar en TI:
Para muchas mujeres en Latinoamérica es difícil estudiar una nueva carrera o simplemente dedicarse a algo distinto una vez que inician su vida laboral porque están atadas a circunstancias personales: muchas veces tienen que dividir su tiempo entre la familia, el trabajo y los estudios. Los bootcamps de TripleTen ofrecen flexibilidad de tiempo a sus estudiantes, lo que da a estas mujeres la oportunidad de estudiar cuando puedan, sin que la programación se torne demandante.
En los bootcamps de TripleTen se fomentan los sistemas de apoyo, como pequeños grupos de estudiantes dentro de los mismos cohortes donde la gente pueda hacer preguntas, expresar sus ideas y discutir temas del curso sin temor a ser juzgados. Esto es sobre todo importante para las mujeres que se sienten inseguras de sus conocimientos, pues el apoyo se da entre pares y en espacios que son igual de nuevos para todos/as ahí.
La paradoja del novato se refiere a esta situación en la que una persona no es capaz de conseguir trabajo por no tener experiencia, pero al mismo tiempo es incapaz de ganar esa experiencia porque no logra conseguir trabajo. Los bootcamps de TripleTen se centran justamente en enseñarte las habilidades prácticas y sociales que necesitas para conseguir un trabajo en TI. Cuando te gradúas de TripleTen, no solo obtienes un certificado que acredita tus conocimientos, sino un portafolio que los demuestra y que sirve para atrapar a los reclutadores.
Como sabemos que el proceso de contratación puede ser complicado y estresante, todos los bootcamps de TripleTen cuentan con un módulo de preparación profesional al final del programa, en el cual un orientador profesional te ayuda a personalizar una estrategia para conseguir empleo a través de la preparación de cartas de presentación, un CV profesional y atractivo y la práctica de entrevistas.
Digámoslo una vez más: nuestra sociedad tiende a ser hostil con las mujeres en la tecnología por el simple hecho de que históricamente las profesiones de esta industria han sido exclusivamente masculinas. En los bootcamps de TripleTen esta exclusividad se elimina por diseño.
Esta filosofía central de que cualquiera puede aprender programación es la narrativa latente, y esa creencia define la cultura. Al fin y al cabo, cada alumno de TripleTen se matricula para mejorar su vida, y esto se vuelve especialmente verdad para las mujeres que al elegir carreras TI y animarse a perseguir sus sueños, contribuyen a eliminar la desigualdad de género en la tecnología.